La investigación de las universidades del Sur de  California (USC), Estados Unidos, y de Toronto, Canadá, encontró que una mala  postura no sólo causa una mala impresión, también puede hacernos físicamente  débiles.
     Por el contrario, dicen los científicos en Journal of Experimental Social Psychology (Revista de Psicología Social Experimental), enderezar la columna y adoptar una  postura dominante reduce nuestra sensibilidad al dolor. 
     Tal como explica el doctor Scott Wiltermuth,  profesor de organización gerencial de la USC, estudios en el pasado han  mostrado que adoptar una postura dominante puede cambiar los niveles hormonales  del individuo e incrementar su propensión a tomar riesgos.
     El profesor Wiltermuth se dedica a investigar cómo  los individuos se comportan e interactúan en grupos y parejas y como la  dinámica interpersonal impacta sus funciones.
     En el nuevo estudio deseaba ampliar las  investigaciones sobre el poder psicológico de la postura corporal, para  observar si ésta también puede tener un impacto físico, en particular si puede  influir en la sensibilidad al dolor.
     Junto con la doctora Vanessa Bohns, experta en  conducta organizativa de la Universidad de Toronto, llevaron a cabo dos  experimentos en los que los participantes debían adoptar tanto poses dominantes  como sumisas y neutrales mientras eran sometidos a una fuente de dolor.
     También debían llevar a cabo una prueba para medir  su fuerza de agarre.
     Los experimentos se llevaron a cabo tanto con los  participantes solos como acompañados de una pareja con la que debían  interactuar.
     Los científicos encontraron que los participantes  que adoptaron poses dominantes mostraron mayores umbrales de dolor que los que  adoptaron poses sumisas o neutrales.
     Y no sólo eso, dicen, los resultados mostraron que  la postura también tiene un impacto en la interacción personal.
        "Los participantes que interactuaron con una  pareja sumisa mostraron un umbral de dolor más alto y una mayor fuerza de  agarre que los participantes que interactuaron con una pareja dominante".
Los científicos creen que el efecto se debe a que  enderezar el cuerpo tiene un impacto en los niveles de hormonas vinculadas al  dolor.
        "Aunque la mayoría de la gente nos encogemos como  un ovillo cuando nos duele algo, el estudio sugiere que deberíamos hacer lo  opuesto" afirman los investigadores.
  "De hecho, el estudio sugiere que encogernos  en un ovillo podría hacer la experiencia de dolor más poderosa porque te hace  sentir que no tienes ningún control sobre tus circunstancias, lo que a su vez  intensifica la anticipación del dolor".
  "En lugar de esto, trate de sentarse o pararse  derecho, inflando su pecho y expandiendo su cuerpo".
     Estas conductas, dicen los investigadores, pueden  crear una sensación de poder y control que a su vez hacen al proceso más  tolerable.
     Los científicos creen que la postura expansiva  podría ayudar a elevar los niveles de testosterona, que está asociada con una  mayor tolerancia al dolor, y disminuir los niveles de cortisol, la hormonal  asociada al estres, lo cual podría hacer la experiencia menos estresante.
     Tal como señala el doctor Wiltermuth, estos  resultados sugieren que mantenerse erguido y "con la frente en alto"  también podría tener un impacto en el dolor emocional.
        "Es posible asumir que las posturas dominantes  nos ayuden para que cuando recordemos un evento emocional angustioso sea menos  doloroso".
     Y como la postura de la gente que nos acompaña  también parece tener un impacto, los investigadores sugieren que quizás los  médicos y trabajadores de salud deberían adoptar posturas más sumisas ante sus  pacientes, en particular a quienes deben someterse a procedimientos dolorosos.
     De esta forma, dicen, podrían disminuir el estres  del enfermo y quizás hacerlo menos susceptible al dolor.
Fuente: http://www.terapia-fisica.com/enderecese-para-sentirse-mejor.html
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