La realización de fisioterapia cardiaca ha  ido avanzando con los años, en función de diversas afecciones anatómicas y  fisiológicas del aparato cardiaco. Este tratamiento busca la rehabilitación  cardiaca por medio de sistemas terapéuticos multifactoriales que les son  asignados a pacientes que evidencian problemas en el corazón. Gracias a la rehabilitación  que logra a partir de ejercicio físico programado y la acción sobre los  factores del riesgo cardiovascular, se logra un disminución en el nivel en que  se encuentra avanzando al enfermedad, disminuyendo el proceso de la  arteriosclerosis, ayudando a la disminución de episodios coronarios, lo cual  inevitablemente ayudará a que el paciente sea internado con menos frecuencia, implicando  así una menor mortalidad por cardiopatía isquémica, factor que lo hará sentir  mejor y con el cual se posibilitará la opción de regresar a su vida laboral.
Los pacientes que  realizan fisioterapia  cardiaca son aquellos que presentan alguna enfermedad cardiaca en  algunos de sus aspectos y manifestaciones, o aquellos que fueron sometidos a un  procedimiento quirúrgico a causa de una enfermedad cardiaca isquémica, en los  que están presentes el infarto agudo de miocardio, angina estable, post  cateterismo, post RVM, post angioplastia, postquirúrgicos vasculares. Esta  terapia también es utilizada en patologías cardiacas como arritmias, soplos,  marcapasos o reeducación del esfuerzo. En realidad se pueden tratar todas las  enfermedades que afecten de alguna forma el sistema cardiovascular, entre ellas  también están la angina de pecho, insuficiencia cardiaca congestiva, después de  un trasplante de corazón, tras la angioplastia con o sin stent, enfermedades  cardiacas congénitas o enfermedades cardiacas reumáticas.
Los pacientes que  llegan a sobrevivir de un imprevisto isquémico agudo, corren el riesgo de poder  padecer otro evento del mismo estilo a corto plazo. Es por esta razón que en  estos casos se debe aplicar estricta atención y prevención secundaria. En los  procedimientos en que se lleva a cabo la revascularización por medio de  cateterismo o cirugías, han aumentado su uso en los casos en los que los  pacientes padecen de algún evento cardiovascular. Estas características muestran  una gran cantidad de pacientes que se ven beneficiado por la rehabilitación  cardiaca, gracias a la fisioterapia  cardiaca. Gracias a estos tratamientos pacientes con infarto agudo de  miocardio que requerían de periodos de reposo en cama con un lapso de hasta 2  meses, ahora sólo requieren ser internados por el lapso de pocos días, también  existen casos en los que no necesitan ser internados y tan sólo se les exige  reposo.
Para la iniciación  de una fisioterapia  cardiaca, es necesario saber que existen tres fases distintas que  recorre el paciente. La fase uno es  la fase en que el paciente ingresa al hospital o clínica, con el fin de evitar  la pérdida de masa muscular o elasticidad por medio del reposo, se intenta que  esta fase sea corta y se efectúen movilizaciones tempranas. Realizando ejercicios  físicos, en los que se realizan grandes movimientos de los miembros, realizado  en la cama, sentado y en ocasiones levantándose pero de forma intermitente y  realizando pequeñas caminatas, la intensidad en los que se deberán realizar  estos ejercicios estará determinada por el médico, con una evaluación previa de  la situación; lo que se busca con estos ejercicios, es que el paciente no  obtenga un des-acondicionamiento físico. Estos procedimientos estarán  acompañados de un tratamiento psicológico con el paciente y su entorno  familiar.
La segunda fase se considera el periodo más  importante del tratamiento. Este se realiza una vez transcurridas 8 semanas,  con lo cual se prosigue a evaluar el perfil de riesgo del paciente, resultado  con el cual le determinarán el nivel de ejercicios que deba realizar,  asegurándose por medio de las características clínicas y la prueba de esfuerzos  que no se presente ningún tipo de complicación. Se realiza el monitoreo  electrocardiográfico que resulta beneficioso en pacientes que muestran riesgo  moderado o alto, es importante que no se implemente como rutina, y menos en  todos los pacientes, pues no es apto para todas las situaciones. Al final de  esta fase ya se comienza incentivar al paciente en la realización de ejercicios  aeróbicos en el gimnasio.
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